Creo que la mayoría de las mujeres desde que somos niñas, deseamos algún día tener un bebe, deseamos convertirnos en madres.
Desde el momento en que nacemos casi siempre el primer juguete que nos obsequian nuestros padres o cualquier otra persona es una muñeca. Con esa muñeca, experimentamos ser madres, la bañamos, la vestimos, hasta le hacemos cortes de cabello, manicura y pedicura. Nos colocamos la ropa y zapatos altos de mamá y fingimos ser como ellas, incluso hasta llevamos la muñeca para nuestras escuelas, como mama hace con nosotras. Realizamos de todo, fiestas de muñecas y hasta casitas de muñecas.
Por su puesto, para mi una de las etapas más bella de una persona es su infancia, tan llena de inocencia, de imaginación y creatividad. Recuerdo lo que hacia con mis hermanos cuando jugábamos con nuestros juguetes, infinitas creaciones con diversos materiales hasta con barro (agua con tierra) llegamos a jugar, construyendo casas para nuestros juguetes, hasta arquitectos y albañiles resultábamos ser. Fue una etapa hermosa de mi vida, donde siempre compartí con mi familia, por eso una de mis sueños desde que era pequeña, era tener mi propia familia y mis hijos, no era que no soñaba con tener una profesión, sino que al ver los ojos de los niños y niñas, su cuerpo tan pequeñito e inofensivo, me hacia anhelar tener un bebe. Cuando veía a las embarazadas, pensaba ¿Cuando sera que yo voy a estar así? No por eso intente tener bebes a temprano edad. No, por supuesto que no. Yo sabia lo que quería, tenia todo un plan para mi vida prácticamente desde mi infancia, quería ser profesional para poder tener y mantener una familia. ¿Que tal? era muy madura a mi corta edad. Decía que iba a ser medico pediatra, me encantaban tantos los niños y ellos, tenían cierta afinidad conmigo, como quien dice: se me pegaban atrás sin yo conocerlos y nunca haberlos visto ni a ellos ni a sus padres. Siempre me pregunte ¿porque pasaba eso? y nunca tuve una respuesta certera. Mi mama me decía: "es que tu cuando seas grande vas ayudar a los niños".
Pasaron los años y estando en Bachillerato, me enferme muchísimo con una bronquitis muy severa, recibí tanto medicamento intravenoso e intramuscular, que llego un momento que no podía sentarme. Le agarre tanto temor a las inyecciones y a los hospitales que decidí que ser medico no era mi vocación. Desde pequeña era muy creativa, tenia una destreza increíble para las manualidades, (habilidad que casi no utilizo en la actualidad), con la afinidad que tenia con los niños y ellos conmigo, decidí que mi vocación era ser MAESTRA de Educación Inicial, mas que las personas que me conocían decían que yo parecía una maestra donde quiera que estuviera. Pero yo nunca dije a nadie que era eso lo que yo realmente quería estudiar, esa era mi futura profesión. Actualmente a quien debo todo y me encanta relacionarme con esas criaturitas de las cuales aprendo a ser cada día mejor persona.
En mi periodo de preparación de mi carrera universitaria, viví muchísimas experiencias de toda índole ¡Dios que recuerdos aquellos! Esta de mas decir que allí obtuve mis conocimientos teóricos de mi carrera, sin mencionar las experiencias que viví junto a mis compañeras de clases y amigas inolvidables, algunas de ellas salieron embarazadas, tuvieron a sus hijos y continuaron estudiando, mientras que otras compañeras abandonaron sus estudios por ciertas circunstancias que no viene al caso mencionar. Otro grupo (donde entro yo) ayudábamos a las embarazadas que continuaron sus estudios, en las actividades para que no perdieran notas y/o puntuaciones y se pudieran graduar con el grupo de chicas. En ese tiempo tenía varios sobrinos postizos. Les cuento en ese momento de mi vida, llore, me reí, disfrute de eso al máximo. Siempre con mi visión de niña tener una profesión. De pronto, volví a enfermar con una
sintomatología clínica incomprensible para muchos, que al principio los médicos lo diagnosticaron como estrés, estuve en tratamiento y reposo pero los síntomas continuaban, anduve de medico especialista a medico especialista, hasta fui a parar a un neurólogo por referencia de otro doctor. Al hacerme varios exámenes entre ellos un electrocefalograma y estudiar los resultados, llagando a la conclusión que todo era excesivamente normal, dentro de mi cerebro, este me refiere por fin a un medico endocrinólogo y me manda a realizarme los exámenes hormonales de una vez: TSH, T3 libre, T4 libre y eco tiroideo por la urgencia de mi caso. Cuando llego al endocrino con mis resultados por delante, que por su puesto ni siquiera entendía, la doctora me diagnostica casi de inmediato, después de hacerme varias preguntas, leer los exámenes y el eco tiroideo con varios bocios:
HIPERTIROIDISMO, situación que me alarmo y me atacaron mucho mas los síntomas porque no quería aceptar que yo tenia esa enfermedad. Después de varios estudios también me diagnosticaron
ovarios poliquisticos. Estaba mal, leía muchos artículos y libros de medicina que hablaban del tema y cuando leía las consecuencias del hipertiroidismo en las embarazadas, lo difícil que seria embarazarme, que los ovarios poliquisticos pudieran contribuir a la infertilidad, comenzaba a llorar. Veía un futuro en mi sin hijos. Mis familiares me decían que no era mal para morirse, por que algunas mujeres con problemas de tiroides dan a luz a niños extremadamente sanos, pero yo me encerré en un cuarto oscuro de la cual me costo mucho salir. Comencé tratamiento con levotiroxina de 100 mg pero de vez en cuando me daban los famosos ataques de ansiedad y me bajaban y aumentaban la dosis y yo igual. Hasta que me dije a mi misma en un espejo, "existen personas con enfermedades incurables y luchan por sus vidas y tu que tienes esto que no es nada en comparación con aquello, vas a abandonar tu vida, acepta, acepta y acepta para continuar". Cada mañana frente al espejo me decía frases motivadoras a mi misma. Todo fue cambiando poco a poco.
Pasaron exactos 1 año y 6 meses después del diagnostico y obtuve el titulo en la Universidad, dure un tiempo desempleada solo unos meses, pero triste porque no estaba acostumbrada a estar sin hacer nada, ni siquiera estaba acostumbrada a estar en mi casa. Una tarde caminando por el centro de mi cuidad junto a mi hermano mayor me dieron la buena noticia que me iban a contratar como docente de aula en educación inicial y que empezaría el siguiente lunes. Fue emocionante todo aquello comenzar a ejercer mi profesión en mi mismo ámbito. Después de un año me comprometí en matrimonio con mi novio, con varios intentos de quedar embarazada y nada, yo seguía con mis síntomas y decidí por cierto algo tarde, cambiar de doctor, comencé con tratamiento diferente al anterior con decirles que hasta con diagnostico diferente:
Hipofunción tiroidea e hiperinsulinismo crónico, comencé un nuevo tratamiento: yodo oral, levotiroxina de 50, tapazol, una corta dieta y medicamentos para los quistes y controles regulares con los especialistas. Me indicaron: "solo deje los anticonceptivos si quiere procrear" y así hice. En las siguientes evaluaciones medicas no tenia bocio y mis exámenes hormonales eran totalmente normales. Pero seguía sin concebir, intentamos varios métodos pero nada. Íbamos a la intimidad pensando en procrear (pienso que la misma ansiedad que sentíamos los dos por tener un hijo que automáticamente impedíamos la concepción, además siempre conversábamos sobre los posibles abortos que esta enfermedad conllevaba, a pesar de lo bien que me resulto ese nuevo tratamiento, siempre pensábamos en eso). Pero en una evaluación ginecologica los quistes seguían y hasta se habían reproducido, (imagínense los quistes se habían convertido en madres), entonces continué con anticonceptivos orales, yo no quería porque anhelaba un bebe y el médico me decía que era un mal necesario. Así pasaron dos (2) años exactos y por problemas que me reservare, rompí el compromiso con mi novio, situación que me afecto un poco.
Al Transcurrir un año y seis meses de divertida soltería, conocí a un chico (quien se convertiría en mi chico), comenzamos a vernos, escribirnos por msj y decidimos establecer una relación seria. Cuando teníamos intimidad no pensábamos en nada solo en ser felices, pero por supuesto antes habíamos conversado sobre nuestro futuro y de haberle explicado mi situación de salud, planeamos tener hijos sin planificar el sexo del bebe, y que íbamos a recibir lo que dios nos mandara fuera hembra o varón. Sin pensar mucho en ello, al ausentarse el ciclo menstrual, allí estaba lo que mas había
deseado por mi:
"POSITIVO" en el examen de embarazo. A partir de allí comenzó esta maravillosa experiencia de ser madre, lo mas hermoso que he vivido en mi vida y por su supuesto mi etapa favorita de ella.
Nota: Antes de salir embarazada hice algo que muchas mujeres venezolanas hacemos, tome dos botellas de depurativo natural que limpia todas las impurezas del cuerpo, imagino expulso todos los quistes de mis ovarios, sin necesidad de tomar otro medicamento de farmacia. Le doy gracias a Dios por esta oportunidad que da.